Mediana edad, ¡qué más da!

 De ti depende si la abrazas o rechazas

La mediana edad es una transición que todo ser humano experimentará en su vida, unos la definen como una crisis y otros, simplemente, como lo que es: la transición a una etapa más de la existencia humana.

Vivimos en una sociedad donde la juventud se venera constantemente, incluso hemos convertido la frase “juventud divino tesoro”, del poema Canción de otoño en primavera del nicaragüense Rubén Dario, en una muy popular para implicar que toda época de juventud es mejor que la que se vive en la actualidad.

La paradoja es que desde niñas, jóvenes o adultas no nos preparan para despedirnos de ese divino tesoro y aceptar con normalidad la entrada a la famosa década de los cincuenta años, conocida como la mediana edad.

Esta llega cuando menos te lo imaginas: a veces asintomática; en ocasiones sin ser invitada con una entrada triunfal acompañada de cambios hormonales, físicos y  por ende, emocionales. La buena noticia es que no significa que es el fin de tu carrera profesional y mucho menos de tu valor como ser humano.

 Es el momento de analizar y aceptar que has entrado en otra etapa existencial, depende de ti si la abrazas o rechazas.

En este período las mujeres contamos con unas herramientas poderosas que hemos adquirido a través del tiempo: el conocimiento y la experiencia.

 Al compartir, hablar y conectar sobre estos temas nos fortalecemos, y ayudamos a otras mujeres a prepararse en este nuevo camino.

Mantenernos al día con los cambios constantes en nuestra sociedad, estilos de vida y nuevas tecnologías ofrece la oportunidad de disfrutar una vida más larga y en armonía con el nuevo cambio.

Además, compartir experiencias personales y profesionales con otras mujeres amplía tu grupo de apoyo y las posibilidades de crear nuevos proyectos en beneficio de la sociedad en que te desenvuelves.

Este es el momento de trabajar para lograr sueños que has dejado en el tintero por falta de tiempo, inspiración o dinero, y también dedicarle más tiempo a tus familiares, amistades y todo aquello que es importante para ti. Lo importante en este proceso es aprender que la vida es una de cambios y ajustes contantes.

 Las invito a compartir sus experiencias personales para así crear una comunidad de mujeres emprendedoras, que han abrazado la llegada a la mediana edad con entusiasmo y sabiduría.